La final del Campeonato de España, Copa de SM el Rey, de 2017 es especial y significativa por varias razones.
En primer lugar, se cumplen 40 años desde que se volvió a disputar la final copera haciendo referencia en su nombre al rey de España. Hasta 1977, cuando el Real Betis y Athletic Club jugaron la final y los andaluces recibieron el trofeo de manos del rey Juan Carlos I, la Copa era de S.E. el Generalísimo.
En segundo lugar, los dos finalistas, el FC Barcelona y el Club Deportivo Alavés, son herederos de una historia propia, unida indisolublemente a este torneo:
a-. El equipo catalán es el que más veces ha ganado el trofeo (28) y encarna toda una tradición: que alguno de los equipos históricos suele alcanzar la finalísima.
Athletic Club, Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla o Valencia son habituales a la hora de disputar la final. En este caso el Barcelona jugará su final de la Copa del Rey número 39, la cuarta consecutiva: es el campeón en las dos últimas ediciones, ha ganado 28 y ha perdido 10 de ellas.
b-. El Alavés representa dos tradiciones históricas relacionadas con la Copa. Primero, la de un equipo modesto que alcanza la final. Y, en segundo lugar, la de que un equipo vasco llega hasta el último partido.
Otros modestos, antes del Alavés, han jugado finales: en los años 30 el Sabadell, el Real Valladolid en los años 50, el Elche en los 60, la UD Las Palmas en los 70, el Castilla en los años 80 o el Getafe la pasada década.
El conjunto vitoriano, recién ascendido en 2016 a Primera División, diez años después de su última participación la máxima categoría, es la primera vez que alcanza una final copera a la cual han llegado muchos conjuntos vascos. Empezando por el Athletic Club, que la ha ganado en 23 ocasiones. Pero también han jugado la final, y ganado la Copa, otros equipos del País Vasco: el Club Ciclista, el Arenas de Guecho, el Real Unión de Irún o la Real Sociedad.
Para llegar a la final del Vicente Calderón el FC Barcelona eliminó al Hércules, al Athletic, a la Real Sociedad y en semifinales al Atlético de Madrid. Azulgrana y rojiblancos jugaron unas semifinales de gran altura y muy emocionantes. En la ida, el Barcelona ganó en el Calderón por la mínima gracias a dos genialidades de Luis Suárez y Messi. Griezmann marcó de cabeza el tanto rojiblanco. La vuelta fue un encuentro repleto de emoción que acabó con empate a 1.
El camino del CD Alavés hacia la final pasó por apear al Gimnástic, al Deportivo, al Alcorcón y al Celta.
En el partido de semifinales ante el equipo gallego brilló un jugador en especial. Fue el autor del tanto de la victoria, Édgar Méndez, que apenas tres minutos antes había sustituido a Toquero. El goleador confesó que había tenido una premonición: “Sé que puede sonar raro, pero mientras estaba en el banquillo sentía que iba a marcar el gol de la victoria”.