1934 no fue un año fácil. La II República vivía las tensiones propias del giro político que había experimentado con el triunfo del centroderecha (los radicales de Lerroux) y la derecha accidentalista (la CEDA) en los comicios de finales del 33 y el país se encaminaba hacia los trágicos sucesos de octubre en Asturias y Barcelona.
Mientras, el fútbol seguía su curso. En 1934 la continuada presencia del Athletic en las finales se interrumpió cuando la finalísima la jugaron el equipo de la ciudad del Turia y el de la capital de España, el Madrid FC.
El Estadio de Montjuich acogió este duelo en el que el Valencia, que puso la entrega y las ganas, cayó 2-1 ante los merengues que fueron mejores técnicamente y, sobre todo, más efectivos.
La anécdota de la final la narró el diario ABC y tuvo lugar antes de que se jugara el partido. Jack Greenwell, entrenador del Valencia FC, dirigió a Zamora y a Samitier la siguiente carta: «Queridos Ricardo y Pepe: Confío en batiros el domingo, porque espero que el mejor equipo pierda.» A esta carta contestaron con otra… Ricardo y Pepe: «Querido Jack: Si se han de cumplir tus pronósticos, deseamos que nuestro equipo sea el peor.»
Antes del inicio se cumplió una de las tradiciones de la época como recogía la foto del semanario As con los jugadores saludando y dando hurras: