En la primavera del año 1902, Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad, lo cual le permitía ejercer como rey tras jurar la Constitución de 1876, poniendo fin así a la Regencia de su madre, la reina María Cristina (1875-1902).
Fue, por ese motivo, por el que entre el 13 y el 16 de mayo de ese año se celebró en Madrid, con el fuerte respaldo del alcalde de la capital, Alberto Aguilera, una competición de fútbol que se enmarcaba dentro de los actos destinados a celebrar el inicio del reinado de Alfonso XIII.
Luis Arnáiz retrata en la revista de la RFEF, con su magistral pluma, el nacimiento del torneo: “La idea de instaurar el primer Campeonato de España de Fútbol caminó íntimamente ligada a los primeros escarceos de legalización del Madrid. Padrós, que en 1904 se convertiría en el primer presidente del Madrid, decidió un buen día organizar un Torneo y sumarse a las celebraciones por la mayoría de edad y jura del Rey SM Alfonso XIII. Fue en una tienda de moda fina, “Al Capricho”, situada en el número 48 de la calle de Alcalá, esquina a Cedaceros, donde Carlos Padrós alumbró dicho certamen, al que bautizó como Concurso de bandas (llamado así por las que cruzaban las camisetas de los jugadores). Se inscribieron para disputarlo Madrid FF, Foot-Ball Club Barcelona, New Foot-Ball Club, Club Español de Foot- Ball de Barcelona y el Athletic Club de Bilbao. El Club Universitari de Barcelona se excusó por no poder participar. En realidad, la idea de Padrós no era la de dar forma al primer Campeonato de España, sino la de mejorar la Copa Macaya que ya se celebraba en Cataluña y que el Hispania había ganado en 1901”.
Aquel mes de mayo de 1902, 3.500 espectadores se dieron cita en el Hipódromo de la Castellana (situado en los actuales Nuevos Ministerios) para asistir al último y decisivo encuentro entre el FC Barcelona y el Bizcaya, (equipo formado por jugadores del Athletic Club y del Bilbao Football Club).
El triunfo y el trofeo serían para los vascos gracias a los goles de Juan Astorquia y el francés Armand Cazeaux.
Menos de un año después, el 8 de abril de 1903 se jugó otra vez en el Hipódromo de la Castellana de Madrid el partido decisivo (no fue, como tal, una final) del triangular para decidir el Campeón de España entre el Madrid FC y el Athletic Club. Ambos habían vencido en los días previos al Club Español de Football (4-1 el Madrid y 4-0 el Athletic).
En ese decisivo encuentro vencieron los vizcaínos 3-2 con goles de Cazeaux, Montejo y Alejandro de la Sota para el Athletic y Romero de Tejada y Sánchez Neyra para el Madrid.
El Athletic Club se convertía, de esa manera, en el primer Campeón de España.
En aquel entonces la Copa ya se caracterizaba por dar oportunidades a todos los equipos, desde los más potentes a los más modestos, circunstancia que pervive hasta el día de hoy, como subraya Arnáiz: